Riesgo Operacional de TIC
Basilea II establece que Riesgo
Operacional es la posibilidad de ocurrencia de pérdidas financieras, por
deficiencias o fallas en los Procesos
internos, en la Tecnología y/o en
las Personas. Este escrito trata
sobre los riesgos que provienen del uso de Servicios de Tecnología de
Información y Comunicaciones (TIC).
Una corriente de
aceptación global para la conducción de organizaciones al más alto nivel es la
conocida como Gobierno, Riesgo y Cumplimiento.
En términos simples, el Gobierno
se ejerce al establecer una dirección, hacerla viable y asegurar que ésta se siga
adecuadamente para obtener los objetivos establecidos, cuidando en todo momento el Cumplimiento del marco legal y regulatorio vigente para la
actividad que realiza la organización. Como
todo hacer o no hacer implica Riesgo,
según la naturaleza y actividad realizada, se hace necesario establecer la
orientación para gestionar los Riesgos que le son inherentes.
El Comité de Basilea[1], en su segunda publicación
de recomendaciones conocida como Basilea II, propuso la definición de Riesgo
Operacional que comparto con Uds. en el encabezado de este documento, la cual podemos
considerar válida para ser aplicada a cualquier actividad económica. Como podemos apreciar, ella señala que una de
las fuentes de riesgo operacional es
el uso de la Tecnología. En este
sentido, debo agregar que el riesgo operacional tecnológico comprende no sólo a
los equipos tecnológicos y aquellas tareas netamente técnicas y de gestión
tecnológica, sino que también la automatización de los procesos del negocio que
habilitan los servicios que recibe el cliente final.
Veamos entonces algunas
consideraciones acerca de la Gestión del Riesgo Operacional, en las
organizaciones que basan su actividad en Servicios de TIC.
1.
Comencemos por la necesidad de un Sistema de Gestión
de Riesgo Operacional, mediante el cual una organización pueda de manera
continua identificar los riesgos potenciales y establecer, en función de los
objetivos estratégicos y su cultura organizacional, una determinada posición
ante ellos, ya sea para: mitigar, evitar, aceptar o transferir el riesgo.
En este sentido, la norma ISO/IEC
31000:2009 define los principios, marco general (framework) y un proceso
para la gestión del riesgo organizacional, sin llegar a establecer las técnicas
específicas para la evaluación de los mismos, dejando así la libertad necesaria
para que cada organización utilice aquélla que mejor aplique, según sea el tipo
de riesgo a tratar. Esta norma se está
transformando en la base para que cada organización defina su Sistema Integral de Gestión de Riesgos.
2. A continuación, no debemos
olvidar que la Gestión de Riesgos es sólo una parte de la gestión necesaria
para el Gobierno y Gestión de los Servicios
de TIC que la plataforma tecnológica de una organización le brinda.

Igualmente pasa en lo relativo a la
efectividad y eficiencia de los servicios de TIC, para lo cual la mejor
práctica reconocida es ITIL (vea a
la izquierda una imagen que integra las mejores prácticas nombradas hasta el
momento).


La técnica a utilizar debe permitir cubrir las tres categorías de activos de TIC definidas: infraestructura,
aplicaciones y data.
Algunas técnicas
entregan como resultado una apreciación cualitativa del riesgo, mientras que
otras permiten entregar una apreciación cuantitativa.

Como se puede apreciar en la figura a la
derecha, a este momento, hay sendos acuerdos que establecen requerimientos en los
dominios de: el marco de gobierno corporativo, la gestión de riesgos, los
servicios de Banca electrónica y la gestión de los contratos de tercerización.
Esta consideración es válida también en otros
países, pero para aplicarla, se hace necesario conocer y considerar el marco
legal y regulatorio local vigente.
Para finalizar, creo
que:
- Las organizaciones deben evitar realizar esfuerzos aislados acerca de la gestión del riesgo, como simple respuesta a requerimientos que provienen de entes reguladores, auditores o de la alta dirección, porque ello implica alto esfuerzo y desembolso de dinero, donde gran parte se convierte en desgaste en el personal involucrado y desperdicio respectivamente, sin llegar a generar real valor a la organización.
- Esto requiere aprendizaje en la organización y es por ello que este tema necesita ser tratado con educación y acompañamiento, para así poder desarrollar internamente las capacidades que la organización requiere para atender los temas de Gobierno, Gestión y Cumplimiento, como parte de su hacer habitual.
- Al diseñar e implantar, es necesario trabajar a partir de una visión general que conecte los estándares y mejores prácticas que intervienen en un modelo integrado capaz de mostrar la totalidad del sistema de Gobierno y Gestión de los Servicios de TIC, para así asegurar que el esfuerzo específico de cada uno de ellos cumple adecuadamente sus funciones y puede relacionarse adecuadamente con el resto. Este modelo es particular para cada organización y debe ser el fruto de la adopción de los estándares y mejores prácticas disponibles y la adaptación a las características de cada organización.
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